Primeros poemas (rumanos)
Tristán Tzara
(Traducción de Manuel Puertas Fuertes)
La siguiente selección de poemas fue hecha desde las traducciones que Manuel Puertas Fuertes ha realizado de la obra de Tristan Tzara, a través de la sugerencia de Benjamín Rivera-Meza. En estos versos nos enfrentamos a los primeros atisbos del poeta que escribirá, posteriormente, los decidores 7 manifiestos dadaístas (textos fundantes del movimiento nacido en Zúrich) y El hombre aproximativo. Si bien nos hallamos ante una poética en ciernes, cabe destacar el valor que estos versos implican: la conformación y la búsqueda de algo mayor, el eco de un sentido que se persigue entre las formas epocales y el atisbo de lo nuevo. Como bien nos afirma el traductor: «independiente de que renegara de éstos sus incipientes versos juveniles, observamos ya en ellos un sentido intuitivo, provocador prevanguardista e iniciático de la futura revolución antiliteraria que supondría toda la vorágine de la actividad dadaísta».
Estos versos fueron escritos en rumano durante la adolescencia del autor, entre los años 1912 y 1915.
CANTO DE GUERRA
Crecieron en los campos unos espantapájaros
Allí donde se tejen surcos cobrizos
¿Qué vas a arrastrar a los establos
Al oír la corneta de los guardias forestales?
El estiaje
Quemó la hierba en mi alma
Madre,
Tengo miedo.
━Como andas por aquí te quema
El viento otoñal.
Nos apresuramos hacia las fronteras
Ante las iglesias no nos santiguamos;
Aunque nuestras enamoradas
Pudiesen convertirse en agua de manantial, en fantasma de ahogados
Para que nos detuviéramos…
Madre,
No dejo de llorar como un final de escala
Es tan duro el camino
Tanto nos apremia.
Y tanto, tanto daño nos hacen las rodillas
Y otras partes…
El viento nos clava sus uñas en los ojos
Para hacer estallar nuestras pupilas como granadas.
Aquí hicieron un alto las tropas al mediodía
Y se dispersaron como el arroyo en un pantano
La tierra está quemada, así pensamos con dolor en su hogar,
Fermenta a fondo como el pecado en un pecho de jovencita
Pero no sacia nuestra sed y huele bien a pan caliente.
Sobre nuestro campamento
Se abatíó la ira de las nubes
Arrastró las carroñas hacia el arroyo
Multiplicada la fuerza de las aguas a la vez que la huida de los pueblos
Azotada nuestras penas, nuestras angustias
Fueron molidas como trigo.
Viejo álamo erguido al borde de la trinchera
Abre tu vientre, derrama tus entrañas
¿Cuán rubia es la hija del posadero de Hirsoveni
Cuántas horas nos quedan aún?
Me dormí con las tristezas del bosque
Descubrí en mí un estanque con suave canto
En cuyo fondo lloro con una voz de santo;
━Hunde más profundamente el clavo del sufrimiento que aún no estoy muerto.
DOMINGO
El viento llora en las chimeneas con toda la desesperación de un hospicio
Acércate a mí como una barca a las cañas
Dispón las palabras como las sábanas blancas de las camas de la enfermería
Para que allí abajo podamos llorar tranquilamente y olamos los membrillos y el abeto.
Háblame de lejanos países
De gente extranjera
De la isla de los loros
Mi alma está contenta y sorprendida
Como un amigo que acaba de volver del hospital.
En tu voz hay mujeres viejas y buenas
Tu brazo recorre mi pecho como un riachuelo
Me gustan los animales domésticos
En el zoológico de tu alma.
Un hombre inclinado sobre el puente, silba al agua sin pensar en nada
En nuestra casa hace calor, hay alegría como cuando en el redil nacen los corderos
Tu historia se duerme como un niño que mece un elefante de lana
En nuestra casa todo está tranquilo cuando cuando los caballos beben en la fuente.
Y los chicos del internado pasan en largas filas por la calle
Y en cada mirada hay un hogar paterno
Con buena comida y hermanas menores
Con macetas de flores en la ventana.
Cuando anochece el frío se cuela por los pasillos
Como una serpiente larguísima arrastrando su cola sobre las baldosas
El lago esta cosido con hilo blanco
Los ahogados suben a la superficie –los patos se alejan de ellos.
En casa de los vecinos el padre besa a su hija indiferente.
La reprende cuando se va
El lago está encerrado como tras una muchacha las puertas del convento
El gorgoteo de la suicida da miedo –las ranas se afligieron un momento.
Me voy a encontrar un poeta triste y sin talento.
INSCRIPCIÓN SOBRE UNA TUMBA
Y yo sentía tu corazón puro y melancólico
Como sentimos la luna flotando silenciosa
Detrás de las persianas bajadas.
Y yo sentía tu corazón amargado y tímido,
Como un mendigo, con la mano extendida delante de la puerta.
Sin atreverse a llamar y entrar,
Y yo sentía tu corazón humilde y frágil
Como una lágrima dubitativa en el umbral de los párpados
Y yo sentía tu corazón afligido y húmedo por el dolor
Como en la mano un pañuelo regado por lágrimas
Y hoy cuando mi corazón ansía perderse en la noche
Sólo tu recuerdo lo retiene
Con invisibles dedos fantasmales.
INTRODUCCIÓN A DON QUIJOTE
Trote de indómito caballo fue mi vida
Supe recorrer todo el orbe
Amé a una sola joven
Y fui un dormilón por las mañanas.
El caballo ya viejo se desplomó hecho pedazos
Mañana roídos por ratones y gusanos
Amor mío: esto no es lo que se enseña en los libros
Quédate sentada silente junto a la mesa y cose.
Luego te contaré lo que te espera
Cose mi idea en un vestido de seda
Hasta que te duelan los ojos –y la novia seas
Y hasta que se convierta en libro mi idea.
DA VUELTAS ALREDEDOR
Da vueltas alrededor del faro la aureola de los pájaros azulados
En medio de las tinieblas atravesando la lejanía de los barcos
Cayeron en el agua como restos de arcángeles
Se pudrieron el pan y la flor
Yacen en los barracones como gavillas segadas amigos nuestros
Tú sola coses para tu hijo diferentes pensamientos
Solitario el tren arrastra su vapor
Cual huida de animal herido, con las tripas fuera.
HERMANA DE LA CARIDAD
Hermana de la caridad eres buena y rezas ante la imagen
Entona también una plegaria por mí
Es malo estar enfermo y llega el otoño
Cuíadame bien porque viene al hospital mi novia
Con tiernas palabras y pasteles, me espera
En casa puso flores en la mesa para mí
Oh, estoy débil y soy Jesús
Mi corazón se eleva, y leo un libro de sabiduría
Hermana de la caridad,
Mi novia como ves es tan bella, me ha dicho
Que eres buena y que te invitará a nuestra casa
Yo tocaré el piano, leeré poemas y te volveré a invitar
Soy pobre (es verdad) y me callo porque el médico no me permite hablar
Y cuando me cure te regalaré flores y te amaré
(No me estás escuchando) Soy cristiano ortodoxo
Estoy tumbado en mi cama y me pregunto si fuera hará buen tiempo
Mi dolor está ordenado por filas
Divididas en imágenes que se convertirán en ideas
Si esta noche fuese parecida a la de ayer
Voy a llorar despacio en mi almohada, quizás voy a morir y sufriré
Un nocturno termina en la naturaleza como un pájaro canoro
Y Hamlet tiembla en mi corazón porque hace frío y sopla el viento.