Sabemos que hay un juego imaginativo del concepto que tiene ocasión en la fragmentidad de todo pensar. El conocimiento es un modo de la mirada, un color que tiñe imperceptiblemente la silueta del mundo, ¿es acaso permisible hablar de nivel? pero todo nivel es rebasado o se hace inalcanzable, y se da una comprobación dispuesta a caer en el deshecho, en la escoria que el tiempo, fantasma él mismo, pulveriza en la sombra de su mirada. Al fin, ¿qué se pide al lenguaje?
Aproximaciones al ensayo – Manuel Espinoza Orellana
