Aproximaciones al ensayo – Manuel Espinoza Orellana

Sabemos que hay un juego imaginativo del concepto que tiene ocasión en la fragmentidad de todo pensar. El conocimiento es un modo de la mirada, un color que tiñe imperceptiblemente la silueta del mundo, ¿es acaso permisible hablar de nivel? pero todo nivel es rebasado o se hace inalcanzable, y se da una comprobación dispuesta a caer en el deshecho, en la escoria que el tiempo, fantasma él mismo, pulveriza en la sombra de su mirada. Al fin, ¿qué se pide al lenguaje?

Cuadernos. Fragmentos y notas – Ismael Gavilán

[...] En esta escritura, creo, no hay método, estrategia ni cálculo. Sólo el registro heterogéneo de esas obsesiones que emergen en los lapsus que el tedio y la voluptuosidad melancólica, dejan al aire libre con esa ingenua y anhelada idea de imaginar una liberación.

Pascua en Nueva York – Blaise Cendrars

La siguiente traducción ha sido encontrada hace muchos años en la venta de un anticuario por uno de nuestros editores. Lamentablemente, la pequeña plaquette no acusa editorial ni traductor. A pesar de ello, hemos tenido el afán de compartirla, ya que se ofrece como una versión que nos permite volver a visitar la grandeza del límpido verso de Cendrars.

3 traducciones de Armando Roa Vial

Las siguientes traducciones han surgido del trabajo libre que ha realizado el poeta Armando Roa Vial: versiones libres que surgen considerando no solo a los poemas en cuestión, sino a los lenguajes leídos en los poetas Cid Corman, Escoto Eriugena y Uhlfelder, y Robert Graves, respectivamente.

Primeros poemas (rumanos) – Tristán Tzara

La siguiente selección de poemas fue hecha desde las traducciones que Manuel Puertas Fuertes ha realizado de la obra de Tristan Tzara, a través de la sugerencia de Benjamín Rivera-Meza. En estos versos nos enfrentamos a los primeros atisbos del poeta que escribirá, posteriormente, los decidores 7 manifiestos dadaístas (textos fundantes del movimiento nacido en Zúrich) y El hombre aproximativo. Si bien nos hallamos ante una poética en ciernes, cabe destacar el valor que estos versos implican: la conformación y la búsqueda de algo mayor, el eco de un sentido que se persigue entre las formas epocales y el atisbo de lo nuevo. Como bien nos afirma el traductor: "independiente de que renegara de éstos sus incipientes versos juveniles, observamos ya en ellos un sentido intuitivo, provocador prevanguardista e iniciático de la futura revolución antiliteraria que supondría toda la vorágine de la actividad dadaísta".

La rueda que huye. Siete prosas – Cecilia Rubio

     Crear las ceremonias, como cuando Tzinacan cuenta los pasos en su celda; descifrar las manchas del jaguar y no poder salvarse.        Andar como sin pies, escribir en la tabla de aire, acordarte de Tiresias.        Encontrar en los poetas las perfectas formas del decir.

Rara avis, Arno Schmidt! – Benjamín Carrasco

Nadie asumió la prosa con tanto temperamento y vitalidad imaginativa como para hacer de la verbosidad el baluarte de la burla, en un siglo bárbaro, místico y, por supuesto, aburrido. Como anotara Friedrich Dürrenmatt: “A nosotros solo nos puede dar caza la comedia”; y Arno Schmidt, el mejor cazador, mondó a destajo con una prosa desmesuradamente cáustica a su presa, la estulticia que caracterizó al nacionalsocialismo y la aparición espontánea del “milagro hueco” que significó la reconstrucción económica y política liderada por Adanauer, pero por sobre todo a la intelectualidad pacotillera que no encontraba en la época sino otra forma de ponerse en ridículo.

Prefacio del 1er número de la revista «La Revolución surrealista», 1924

¿Qué es el papel y el lápiz, qué es escribir, qué es la poesía delante de este gigante que tiene los músculos de las nubes en sus músculos? Allí estás tartamudeando ante la serpiente, ignorando las hojas secas y las trampas de cristal, temes por tu fortuna, tu corazón y tus placeres y buscas en la sombra de tus sueños todos los signos matemáticos que le conferirán a la muerte un aspecto más natural.

Diego Roel o la tentación de mirar atrás – Claudio Archubi

[...]A nuestra pragmática época de desarraigo y escepticismo, le hace falta más Edad Media. Estamos nostálgicos de unidad entre razón y emoción. Nos volvemos irónicos cuando comprendemos que no podemos repetir esos lugares aunque sabemos que el lugar común puede representar a veces la más común de las verdades ¿Pero cómo volver allí de otra manera?