Poeta, ensayista, editor y profesor, nacido en Quillota en 1932. Se desempeñó como docente e investigador en la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile y es profesor emérito de la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook, donde residió desde 1972 y por más de 30 años. Además de su obra en verso, ha escrito diversos ensayos sobre literatura chilena e hispanoamericana, labor que le mereció el Premio Internacional de Ensayo “Pedro Henríquez Ureña” de la Academia Mexicana de la Lengua en 2015. Es miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua y Miembro correspondiente en Chile de la Academia Peruana de la Lengua. Actualmente dirige la Revista Anales de Literatura Chilena de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Entre sus varios libros de poemas destacan Noticias del Extranjero y Cuaderno de la doble vida. En Al fin del día (1958-2003), publicado en 2013 en España por Biblioteca Sibila-Fundación BBVA, se reúnen (casi) todos sus poemas escritos hasta la fecha, y en 2016 la Editorial UV publicó su Poesía completa con ilustraciones de Mario Toral.

El trabajo de Pedro Lastra como escritor y lector, como profesor y eterno aprendiz, es prueba fehaciente de que volver la mirada hacia los que nos precede es a la vez la única manera de construir puentes hacia el futuro. Su palabra es contenedora de una pasión genuina y humilde por acercarse al misterio que la constituye y trasciende. Puente, su palabra, entre lo que fue y lo que vendrá, pero también y sobre todo entre ese espacio aislado del yo y su vocación por un tú, por esa posibilidad de un nosotros.

Los poemas seleccionados son parte de los diversos libros escritos a través de los años y reunidos en su Poesía completa, además de dos poemas inéditos.


Nostradamus

El futuro no es lo que vendrá
(de eso sabemos más de lo que él mismo cree)
el futuro es la ausencia
que seremos tú y yo
la ausencia que ya somos
este vacío
que ahora mismo se empecina en nosotros


Para el nuevo decálogo

Y el que ame no será castigado
porque no hay impiedad,
apenas estas tristes equivocaciones


La historia central

Alguien camina junto a mí,
alguien camina siempre junto a mí,
me pregunta:
¿qué ha hecho, qué haces con tu vida?
Sólo te veo recordar
o leer una historia de amor.
Ahora mismo no estás en otra cosa,
detenido en la página 104 de un libro que refiere
ciertas guerras antiguas.
Tú lo sabes, le digo,
esperarte, esperarte.


Diálogo del porvenir

Conocen más las hojas de los árboles:
ellas caen ahora
sin prisa,
indiferentes,
como desciende todo
lo que es fiel a la tierra.

Y yo que nada sé,
cuando diga el adiós
diré la bienvenida.


(Inéditos)

El sueño de los días

I
Misterio tras misterio nos rodean,
así el viento y la nube,
el subir silencioso de la savia
por las ramas del árbol,
el oficio secreto de los cuerpos vivientes
o el cantar dialogante de los pájaros,
y sus apariciones
y desapariciones.

II
Y esto pudimos aprender de una vez:
la memoria
ni odia ni ama.
En su ir y venir todo lo ve,
los placeres fugaces
y los días crueles,
las tierras arrasadas.

III
Nadie quiera soñar con la muerte,
porque en ella no habrá ni una imagen
del sueño de los días.


La buena advertencia

En a penumbra de esa casa otoñal
alguien dijo al pasar a mi lado:
«Soy tu padre, que estuvo aquí
y después más allá,
muy lejos y hace ya muchos años.
Nada sabes de lo que fue ese tiempo
ni importa que confundas con fábulas
esas horas leídas en los otros,
pero no olvides
que esas fabulaciones y esas horas
son también tu presente».

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